Page 228 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
P. 228

La  casa  de  Pete  no  estaba  demasiado  lejos.


            Calculaba que podría tardar un par de horas, y eso


            cruzando a través de los campos cuajados de nieve.


            Sería, desde luego, fatigoso, pero era factible.



            Joe  estaba  seguro  de  que  la  historia  que  Pete  le


            había  contado  antes  de  revelar  su  verdadera


            naturaleza era una mentira, como todo lo demás.



            Seguramente ni siquiera había estado en California.


            ¿Para qué? Tanto él como sus malditos torbellinos


            pasaban  el  invierno  buscando  el  corazón,  por


            motivos que aún no entendía. Buscando, buscando.


            El  frío;  «vienen  cuando  hace  frío…».  Era,  desde


            luego,  una  buena  pista.  Se  preguntó  si  podría


            conseguir darles un poco de calor. Calor humano.




            Luego  estaba  ese  otro  asunto,  llegar  al  Pozo.  Su


            coche estaba inutilizado, y en cuanto al único otro


            coche en el que podía pensar en ese momento, el


            todoterreno de Pete, este debía de habérselo llevado


            para  viajar  hasta  allí,  porque  la  distancia  era


            demasiada para recorrerla andando; tardaría días,


            y tendría que enfrentarse a problemas tan graves



            como soportar la intemperie en mitad de la noche,


            cuando                   las             temperaturas                         descienden


            peligrosamente.  Sería  bastante  estúpido  morir


            congelado  en  mitad  de  una  carretera  helada


            después de todo lo que había pasado.






                                                                                                          227
   223   224   225   226   227   228   229   230   231   232   233