Page 235 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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Joe recorrió el pasillo caminando tan despacio como
podía. Parecía un mimo en una película a cámara
lenta, levantando la pierna en el aire y dejándola
caer con infinito cuidado. La pistola de clavos
apuntaba hacia delante; el dedo era un cable tenso
y alerta alrededor del gatillo.
El salón estaba oscuro, quizá demasiado. Joe pensó
en la linterna que se había quedado en el bosque
cuando encontró el vórtice negro. Se le había caído
de las manos y la había perdido. ¡Ah, qué estúpido
había sido, y qué bien le habría venido en ese
momento! El haz de una linterna no era
precisamente el ideal del sigilo, pero tampoco
podía evitar pensar que aquellos seres quizá podían
ser capaces de ver en la oscuridad. Si era así, estaba
en auténtico peligro.
Joe entró en el salón intentando contener la
respiración. El silencio creaba una sensación
incómoda en el aire, desgranando una tensión
eléctrica en su ánimo. Joe pensaba que, en cualquier
momento, el rostro endemoniado de Betsy se le
echaría encima y le arrancaría el alma del cuerpo, y
que esa sería la muerte de las muertes, el fin real y
absoluto más allá de toda redención. Y eso lo
aterrorizaba.
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