Page 402 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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terribles, un archidemonio que desdibuja la escena
a su alrededor y crea un vacío insoportable en su
negrura infinita. Ha descendido sigilosamente y
levita a pocos metros de donde está él. Joe se queda
congelado. El vello de los brazos y la nuca se le
eriza. Huele a electricidad.
Paralizado, Joe mira a Allen. Ha corrido tanto que
se ha alejado varias decenas de metros, dejando un
rastro de bolsas vacías a su espalda. Está mirando
hacia arriba, entre fascinado e hipnotizado por la
batalla, y no ha visto al archidemonio. Joe no sabe
qué hacer. Para él está claro que no los ha visto aún,
cubiertos como están de la inmundicia negra, pero
comprende que el demonio sabe que las bolsas se
han abierto, que hay un problema en alguna parte,
y está atento y vigilante. Si Allen utiliza su cuchillo,
tardará un segundo en abalanzarse sobre él y
desgarrarlo en dos mitades con sus apéndices
imposibles.
Joe piensa en gritar e incluso abre la boca mientras
el corazón le resuena en el pecho. Se detiene, sin
embargo, y se queda parado como una estatua.
Sabe que si grita, el superdemonio notará su
presencia. No entiende cómo funciona, porque
tiene la pistola de clavos en su poder y eso no
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