Page 94 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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Joe soltó una pequeña carcajada.
¿De eso se trataba? ¿De una pistola de clavos
casera?
Sacudió la cabeza, divertido. La idea del abuelo
Harper cazando osos con aquella especie de
mecanismo de diseño retrofuturista le parecía
ahora bastante descabellada. ¡Una pistola de clavos!
Se preguntó si funcionaría todavía. Si era capaz de
manejar clavos como uno de los modelos
modernos, a lo mejor sería capaz de venderlo como
curiosidad en eBay.
Joe añadió una docena de clavos al cargador y luego
trasteó un poco buscando la manera de hacerlo
funcionar. Desconocía en qué se basaba;
naturalmente, no había ningún cable ni batería
sobresaliendo por ninguna parte. Le divirtió la
posibilidad de que funcionara con pólvora o algo
parecido; al fin y al cabo tenía entre manos
tecnología de 1800. La idea lo hizo sonreír. Era un
cacharro espantoso, por cierto, casi amenazador en
su aspecto y antigüedad. Se descubrió
considerando la idea de que quizá le explotase en
las manos incrustándole trozos de metal retorcido
en la carne. Sería, sin duda, una situación divertida
para alguien que está aislado en una cabaña en la
nieve.
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