Page 138 - El Jugador - Iain M. Banks
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La lluvia empezó a caer sobre los fláccidos músculos

            del  rostro  de  Gurgeh.  Tenía  la  mandíbula  totalmente


            relajada y la boca abierta, y se preguntó si podría acabar

            ahogándose a causa de la lluvia.

                  Las  gotas  fueron  aumentando  de  tamaño  y  los


            impactos  se  hicieron  más  perceptibles.  Los  hilillos  de

            agua  empezaron  a  deslizarse  sobre  la  carcasa  de  la

            diminuta unidad que flotaba encima de su cabeza.


                  ‐‐¿Te  estás  preguntando  qué  quiero  de  ti?  ‐‐dijo  la

            unidad. Gurgeh intentó mover los ojos para decir «no»

            con  el  único  fin  de  hacerla  enfadar,  pero  la  unidad  no

            pareció  darse  cuenta‐‐.  Quiero  que  me  ayudes  ‐‐dijo‐‐.


            Necesito  tu  ayuda;  necesito  que  hables  en  favor  mío.

            Necesito que te presentes ante esos imbéciles de Contacto

            y que añadas tu voz a las que ya se han alzado pidiendo

            que se me devuelva al servicio activo.


                  La máquina se lanzó hacia su rostro y Gurgeh sintió

            un tirón en el cuello de su chaqueta‐gabardina. Su cabeza

            y la parte superior de su torso fueron alzados del suelo


            con una brusca sacudida y se encontró contemplando las

            placas grisazuladas de la unidad. «Tamaño de bolsillo»,

            pensó. Deseó poder parpadear para humedecerse los ojos


            y  le  alegró  que  estuviera  lloviendo  porque  no  podía

            hacerlo.  Tamaño  de  bolsillo...  La  unidad  cabría






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