Page 154 - El Jugador - Iain M. Banks
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Cubo parecía saber lo que estaba haciendo.
‐‐Gracias, Cubo ‐‐dijo‐‐. Te estoy muy agradecido.
‐‐Eh, Gurgeh, no hace falta que nos des las gracias...
Estamos aquí precisamente para eso. ¡Además, es muy
divertido!
Gurgeh sonrió. La suave vibración procedente del
tejado le indicó que el equipo enviado por el Cubo
acababa de llegar.
Los robots recorrieron la casa buscando sensores y
protegieron los edificios y el terreno circundante en la
medida de sus posibilidades. Polarizaron las ventanas y
corrieron las cortinas; colocaron una alfombrilla especial
debajo del sofá en el que estaba sentado e incluso
instalaron una especie de filtro o válvula en el interior de
la chimenea.
Gurgeh se sintió agradecido y mimado y tuvo la
sensación de ser alguien importante y, al mismo tiempo,
de estar haciendo el ridículo.
Puso manos a la obra. Usó su terminal para examinar
los bancos de datos del Cubo. Los bancos contenían casi
todas las informaciones de importancia, significado o
utilidad entre vital y práctica que la Cultura había ido
acumulando a lo largo de su existencia; un océano casi
infinito de hechos, sensaciones, teorías y obras de arte al
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