Page 158 - El Jugador - Iain M. Banks
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conexión en tiempo real.
Por lo demás todo lo que Mawhrin‐Skel le había dicho
parecía factible. Podía hacerse. La unidad podía
someterle a chantaje. Gurgeh se reclinó en el sofá
mientras el fuego de la chimenea se iba apagando y los
robots del Cubo flotaban por toda la casa comunicándose
mediante chasquidos y zumbidos. Clavó los ojos en las
cenizas grisáceas deseando que nada de todo aquello
fuese real y que no hubiese ocurrido, y se maldijo por
haber permitido que la diminuta unidad le convenciera
de hacer trampas.
«¿Por qué? ‐‐se preguntó‐‐. ¿Por qué lo hice? ¿Cómo
puedo haber sido tan estúpido?» Oh, claro, en aquel
momento le pareció algo tan atractiva y fascinantemente
peligroso... Pero, después de todo, ¿acaso no era distinto
a los demás? Era el gran jugador, y eso hacía que pudiera
permitirse el lujo de tener ciertas excentricidades y le
concedía la libertad de fijar sus propias reglas. No había
deseado la gloria para sí mismo. Y ya había ganado la
partida. Lo único que deseaba era que alguien de la
Cultura lograra crear la Red Completa, ¿verdad? Gurgeh
no era un tramposo. Nunca había hecho trampas en el
juego y no volvería a hacerlas. Maldito Mawhrin‐Skel...
¿Cómo podía hacerle esto? ¿Y por qué se había dejado
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