Page 329 - El Jugador - Iain M. Banks
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puedes bailar, ¿verdad?
‐‐No. Nunca me ha gustado bailar.
‐‐Mejor. Los invitados a este baile son gente de tal
categoría que hasta el tocarte con la punta de un dedo
sería considerado un acto degradante.
‐‐Máquina, siempre sabes expresarte con la frase más
adecuada al momento ‐‐dijo Gurgeh.
Alzó la bandeja de golosinas delante de la unidad, la
soltó y se fue. Flere‐Imsaho lanzó un grito ahogado y se
las arregló para atrapar la bandeja que caía hacia el suelo
con un campo antes de que los pastelitos salieran
despedidos en todas direcciones.
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* * *
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Gurgeh se dedicó a pasear por la gran sala. Estaba un
poco irritado y se sentía considerablemente incómodo.
No lograba librarse de una idea que amenazaba con
transformarse en obsesión, la de que estaba rodeado por
personas que habían fracasado en algún aspecto u otro,
como si los azadianos que se agitaban a su alrededor
fueran componentes defectuosos de algún sistema muy
sofisticado que había quedado contaminado por su
inclusión. Los invitados no sólo le parecían ridículos y
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