Page 363 - El Jugador - Iain M. Banks
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a ninguna y, de todas formas, apenas si podía distinguir

            las palabras. Los ápices hablaban demasiado deprisa, y


            los  sonidos  que  brotaban  de  sus  labios  se  confundían

            unos  con  otros  impidiendo  que  pudieran  ser

            considerados  como  interrogaciones  independientes.


            Flere‐Imsaho  estaba  flotando  sobre  las  cabezas  de  la

            multitud, pero aunque se desgañitó intentando atraer la

            atención de los ápices lo único que consiguió fue que su


            estática atrajera sus cabellos. Gurgeh vio como un ápice

            extendía  el  brazo  intentando  apartar  a  la  máquina  y

            recibía lo que estaba claro era una descarga eléctrica tan

            inesperada como dolorosa.


                  Pequil se abrió paso por entre el gentío y logró llegar

            hasta  Gurgeh,  pero  no  había  acudido  a  rescatarle.  El

            excitado ápice le dijo que había venido acompañado por

            veinte reporteros. Tocó a Gurgeh sin parecer darse cuenta


            de lo que hacía, obligándole a girar sobre sí mismo hasta

            quedar de cara a unas cámaras.

                  Hubo más preguntas, pero Gurgeh las ignoró. Tuvo


            que preguntarle a Pequil varias veces si podía marcharse

            antes de que el ápice se encargara de abrirle un camino

            hasta la puerta y el vehículo que les aguardaba.


                  ‐‐Señor  Gurgue,  permita  que  añada  mi  felicitación

            más efusiva a las que ya ha recibido ‐‐dijo Pequil una vez






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