Page 709 - El Jugador - Iain M. Banks
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Vida, el elemento‐fantasma, y se volvió lentamente hacia
Gurgeh.
‐‐Esto tiene peor aspecto a cada... ¡Greeeeeee!
La voz de Flere‐Imsaho se convirtió en un chirrido
estridente. Gurgeh giró sobre sí mismo y vio a la máquina
vibrando en el aire envuelta por un aura de fuego verde.
Los guardias habían empezado a disparar. Las puertas
del salón se abrieron de golpe y la multitud corrió hacia
ellas, pero los guardias ya se habían dispersado por el
tablero y hacían fuego a discreción contra las galerías de
observación y los bancos. Los haces de las armas láser
caían sobre el gentío que intentaba huir y derribaban a los
ápices, machos y hembras que no paraban de gritar
creando una tormenta de luces parpadeantes y
detonaciones que hacían vibrar el aire.
‐‐¡Graaaaaaak! ‐‐gritó Flere‐Imsaho.
El metal de sus placas se había vuelto de un color rojo
oscuro y estaba empezando a humear. Gurgeh no podía
apartar los ojos de la unidad. Nicosar seguía inmóvil en
el centro del tablero rodeado por sus guardias con la
cabeza vuelta hacia Gurgeh. El Emperador sonreía.
Las llamas se alzaron sobre las copas de los arbustos
cenicientos. Los últimos heridos salieron tambaleándose
y tropezando por las puertas y el salón quedó vacío.
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