Page 721 - El Jugador - Iain M. Banks
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de todo sentido a la topografía cuidadosamente
equilibrada de zonas altas y llanuras.
Los fragmentos de vigas y los agujeros en el suelo y
las paredes indicaban el lugar donde habían estado las
galerías de observación. El equipo electrónico de
vigilancia y contramedidas que se había desprendido del
techo era una masa de metal semiderretido que ocupaba
todo el centro del tablero y hacía pensar en una torpe
imitación de montaña cubierta de ampollas y burbujitas
reventadas.
Gurgeh se volvió hacia la ventana junto a la que había
estado Nicosar y cruzó la crujiente superficie del tablero.
Se inclinó y las punzadas de dolor que atravesaron sus
rodillas le hicieron lanzar un gruñido ahogado. Extendió
la mano hacia el punto en que un remolino de la
tempestad de fuego había acumulado un montoncito
cónico de polvo junto al ángulo formado por la pared y
una nervadura del techo. El montoncito de polvo casi
rozaba el tablero, y cerca había una masa de metal
ennegrecido en forma de L que podría haber sido cuanto
quedaba de un láser.
La ceniza gris blanquecina estaba caliente y era muy
suave al tacto. Gurgeh deslizó los dedos entre ella y
encontró un trocito de metal en forma de C. El anillo a
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