Page 725 - El Jugador - Iain M. Banks
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estaríamos más seguros aquí. Aislarte del fuego no fue
ningún problema y mantenerte inconsciente con mi
efector también resultó bastante sencillo. La nave nos
envió un par de unidades, siguió moviéndose a toda
velocidad, frenó y giró sobre sí misma. Viene hacia aquí
y llegará dentro de unos cinco minutos. Regresaremos
dentro del módulo. Ya te dije que esa clase de
desplazamientos pueden resultar algo arriesgados.
Gurgeh dejó escapar el aire por la nariz. El sonido
resultante fue curiosamente parecido a una risa ahogada.
Sus ojos volvieron a recorrer las ruinas del salón.
‐‐Sigo esperando ‐‐dijo por fin volviéndose hacia la
máquina.
‐‐Los guardias imperiales obedecieron las órdenes que
les había dado Nicosar y se volvieron locos. Volaron el
acueducto, las cisternas y los refugios y mataron a todo el
que se les puso por delante. También intentaron
apoderarse del Invencible. La tripulación se resistió, hubo
un tiroteo y la nave acabó cayendo en algún lugar del
océano norte. Fue una zambullida de lo más espectacular.
El tsunami resultante barrió una buena cantidad de
arbustos cenicientos en plena madurez, pero supongo
que el fuego sabrá arreglárselas sin ellos. La noche
anterior no hubo ningún intento de matar a Nicosar. Fue
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