Page 222 - La Nave - Tomas Salvador
P. 222
decidieron seguir adelante, después de matar a los
débiles y adversarios. El Señor de los Símbolos, que
los vigilaba desde el aire, envió su último mensajero
para decirles: «Sea, humanos, ya que lo queréis, que
se haga; pero yo os dije que sólo podríais vivir en el
aire estando muertos y muertos en vida seréis
mientras vayáis por el aire. Ni vosotros, ni vuestros
hijos podréis acabar el viaje, ni hallar otro país. Yo
taparé mis ojos con mi manto, cerraré mi boca y mis
oídos a vuestros gemidos. Pero no os abandonaré
totalmente. Os dejaré algunos de mis símbolos, y al
cabo de mucho tiempo, os enviaré otro mensajero.
Será un hombre diferente a vosotros, un hombre
que os dará lástima, os amará, pero al que
terminaréis matando. No importa. Será necesario
que muera por salvaros. Se anunciará con la gran
luz y la luz se lo llevará.» Y el Señor no quiso decir
más. Los humanos se rieron, cerraron todas las
puertas e impulsaron la Nave. Y salieron al aire. Y
empezaron a morir estando muertos, porque se
escondió pronto en un aire que era negro, negro
totalmente. Los hombres no podían volver al
pasado, porque habían olvidado cómo se hacía. Se
empezaron a matar entre sí y hubo revoluciones,
hambre y muerte. Trataron por todos los medios de
recrear la materia, destruyendo lo que habían
hecho; pero les fue imposible. Lo malo es que
destruyeron también los símbolos que habían
222

