Page 294 - La Nave - Tomas Salvador
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descomponiendo ciertos elementos bajo la presión


            de  la  energía  eléctrica,  se  acabara  alguna  vez.  En


            cierto  modo,  tenían  razón:  sus  instalaciones  eran


            prácticamente  indestructibles,  y  en  cuanto  a


            energía, la Nave era un círculo constante de ella. Lo



            que no podían prever los antepasados era el fracaso


            de  sus  descendientes,  provocado  por  su  mismo


            fracaso; no podían prever el Día del Desengaño, y,


            sobre todo, el Día de la Ira. Y más tarde, cuando la


            población humana de la Nave casi llegó a un límite


            imposible,  rotos  todos  los  deseos  de  seguir


            viviendo.



               Pensando con lógica, con curiosidad, intentando


            penetrar el secreto de las cosas, descubrían que el


            secreto era sencillo. Pero para llegar al secreto era



            necesario,  cuando  menos,  acordarse,  acordarse


            siempre,  de  que  la  Nave  era  el  producto  del


            esfuerzo y el talento de los antepasados. Pero esto


            era  pedir  un  imposible.  Podía  la  existencia  de


            ciertos  símbolos  inducir  a  pensar  en  una  fuerza


            extraña, podían las leyendas y recuerdos remotos


            hablar de los antepasados..., pero la Nave era una


            fuerza  demasiado  potente,  demasiado  cercana,


            demasiado acogedora.



               Sin embargo, ¡era todo tan sencillo...! La luz tenía



            un  secreto  tan  ingenuo  como  poderoso.  Los


            antepasados, ciertamente —y ello podía haber sido




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