Page 364 - La Nave - Tomas Salvador
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—Salud os deseo, hermanos. ¿Permitís el regalo
que para vosotros traigo? Es fruta de la Nave
tomada por nosotros en sencilla armonía. A
vuestra
voluntad os queda. Si la ofrenda es pequeña,
grande
en cambio es la alegría de todos los que ofrendan.
Dijo Shim, y calló, para que un kros le saludara.
—Gracias, Shim, por tus palabras y tu sencillo
tesoro.
Ya sabes que nosotros medimos hasta el aire. No
podemos
hacerte igual regalo. Dinos, ¿quiénes vienen
contigo?
—Son siete las familias del pueblo wit formadas
y siete sus patriarcas. Conmigo vienen, y con ellos,
sus hijos. No en vano dije siempre que el pueblo
wit no era la raza abandonada. Juzga tú mismo.
—No es ocasión ahora de hablar. ¿Qué quieren?
—¿No lo adivinas, Baro? Vienen conmigo y
quieren
visitar la parte de la Nave que les fue prohibida.
Vienen en paz, después de tantos ciclos, después
de haber vivido en las tinieblas y haber casi
olvidado
que existen ventanales y cámaras hermosas,
cerradas
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