Page 365 - La Nave - Tomas Salvador
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a los suyos. Vienen, sencillamente, a encontrar su
pasado.
—Nos hablas con razones más viejas que
nosotros.
Quizá no sea justa la ausencia de los wit, pero
siempre
creímos que ellos lo querían y siempre así lo
vimos.
Ahora vuelven, dices, en paz, contigo, su Navarca.
Se rompen las costumbres y un engaño tememos.
¿Vienen sin armas? Si nos engañaras y ofendieras,
Shim, destruirías un pueblo que es tu pueblo.
¿Qué debemos hacer? ¿Qué garantía ofreces?
—Te escucho con tristeza, Baro; pero te disculpo.
¿Acaso no viniste al funeral de Mei‐Lum‐Faro?
¿Te cerré las fronteras? ¿Fui entonces enemigo?
Lo que deseo, anciano, es todo lo contrario. Deseo
que los hombres de la Nave no necesiten fronteras,
ni se escuden tras las armas para hablar.
¿Entiendes?
Si tú quieres, si te atreves, vuelvo atrás. Entonces,
serás el responsable de haberme despreciado.
Dijo, y calló, aguardando las palabras de Baro.
—Pasad. Aceptamos tu ofrenda. Apagad las luces
porque el ozono es poco para todos. Venid al
fórum
y allí conoceremos a tus acompañantes. Venid.
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