Page 370 - La Nave - Tomas Salvador
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Shim apartó un volumen, lo insertó en una clave


            y pulsó una palanca. Zumbó un sonido nuevo, una


            luz


            con palabras y el asombro se hizo: Shim hablaba:



               «Yo, Shim, hijo de Kanti y Torna, Hombre de


            Letras


            y nacido en la Nave, me hago cargo del Libro...»








                       12. LOS VENTANALES DEL ESPACIO



               Un ventanal enorme de cuarzo cristalino


            partía por delante la unidad del metal. La Nave


            sus pupilas abría al campo más remoto que soñar


            se podía. Los wit, acobardados, retuvieron el paso


            y tampoco los kros siguieron demasiado. Los falux


            temblaban en manos de los niños y sólo el ruido


            de su fuego se oía. La cámara tenía distantes



            las paredes y grandes los espacios, pero infundía


            miedo. ¿Acaso no podía romperse su corteza?



               El Navarca tenía ausentes los sentidos y grave


            el ademán; anduvo por la sala hasta llegar al hierro


            delante del cristal, azotea prendida del espacio.


            Temblaba, y sus garfios asieron la baranda. A


            poco,


            contuvo sus temores y volvió la cabeza, diciendo:



               —Apagad los falux. Delante del espacio la luz


            es un estorbo. Y venid todo lo cerca que el vértigo





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