Page 182 - Triton - Samuel R. Delany
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consola de la oficina y estaba haciendo girar su mano en

           torno a su cromada uña..., un gesto de nerviosismo que


           él consideró increíblemente irritante.

                Tenía  que  transferirla,  pensó.  (Sus  propias  manos,

           nerviosamente,  volvieron  al  escritorio.)  No  podría


           trabajar todo el día en un espacio de tres por tres con

           alguien que, desde sus tendencias más importantes hasta


           sus  más  pequeños  tics,  me  hace  sentir,  aunque  sea

           irrazonablemente, tan incómodo.

                Ella dijo:


                —Me estaba preguntando si esto no tendrá algo que

           ver con aquella tontería de ayer por la noche.

                Bron alzó una ceja interrogativa. Pero, por supuesto,


           ella no pudo verla detrás de la máscara.

                —¿Qué quiere decir?

                —Bueno, durante todo el día estuvo usted colocando


           sus manos sobre los distintos escritorios y mesas con los

           dedos dispuestos en esa posición social ancestralmente


           identificable..., como ahora...

                Él bajó la vista.

                —Oh... —Cerró las manos sobre el papel milimetrado;


           aquél  era  uno  de  los  desafortunados  hábitos  que  le

           habían quedado de su profesión juvenil; a veces lanzaba


           señales sin siquiera darse cuenta de ello.

                —...y  yo  no  fui  muy  receptiva.  Simplemente  pensé

           que usted lo entendería. La mitad de las veces pensé que




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