Page 227 - Triton - Samuel R. Delany
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Sí, la gente como yo puede sentarse y cartografiar cómo

           consigues infligir una gran cantidad de ese daño sobre ti


           mismo.  Sospecho  que,  en  tus  mejores  momentos,

           también puedes...

                —En tus términos son mis mejores momentos. En mis


           términos son los peores..., porque entonces es cuando el

           dolor  parece  ser  más  inevitable.  El  resto  del  tiempo


           puedo al menos tener la esperanza, aunque sea falsa, de

           que las cosas irán mejor más adelante.

                —En  tus  términos,  entonces,  simplemente  te  haces


           daño. Y —suspiró—, de tanto en tanto..., quiero decir que

           sé  cuánto  deseaba  Miriamne  ese  trabajo;  ella  se  halla

           probablemente un buen número de ranuras de crédito


           por debajo de ti y de mí..., haces daño a otras personas.

                Guardaron  silencio  durante  una  docena  de

           susurrantes pasos.


                —El otro día me preguntaste si el ser una prostituta

           me había causado algún daño. He estado pensando en


           ello.  Tu  amiga  Miriamne  creyó  que  la  razón  de  que

           hiciera  que  la  despidieran  era  porque  ella  no  se  había

           mostrado interesada cuando yo hice mis avances. Bueno,


           quizás  ésa  sea  una  de  las  cosas  malas  que  me  hizo  la

           prostitución. ¿Sabes?, lo único degradante que te ocurre


           una y otra y otra vez en ese tipo de trabajo es la gente:

           tanto los hombres que te emplean como las mujeres a las

           que  tienes  que  servir  son  gente  que  atribuye




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