Page 339 - Triton - Samuel R. Delany
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que familiarizarte con dos de ellas para hallar cualquier
cosa que desearas en la mayor parte de la ciudad; y
Bellona, aunque sólo una era común, empleaba nueve.)
Al cabo de media hora empezó a darse cuenta de que no
había ninguna disposición en las unidades urbanas de
aquel pueblo. Media hora más, y empezó a preguntarse
si tenía unidades urbanas. La única lógica que pudo
aplicar a la disposición del conjunto ‐tras recorrer
algunas calles varias veces y ser incapaz de descubrir
otras por las que sabía que había pasado‐ era que la
mayor parte de las tiendas y restaurantes parecían
hallarse en una zona, dentro de las tres o cuatro calles en
torno a la plaza central. Para lo demás, era atrapa‐lo‐que‐
puedas.
Halló la calle con los escalones de piedra sólo por
accidente.
En el patio de atrás de la posada, Sam estaba sentado
ante una mesa esmaltada de blanco, con un vaso alto de
algo naranja junto a su codo con una pajita metida en él
y hojas verdes asomando por el borde. Contemplaba un
lector portátil, con el pulgar accionando una y otra vez la
palanca de paso de pantalla.
—Sam, ¿qué se puede hacer aquí por la noche?
Clic.
—Mirar las estrellas, oler el limpio aire, pasear por
entre las colinas y los prados. —Clic‐clic‐clic—. Eso es lo
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