Page 547 - Triton - Samuel R. Delany
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puedes abordar y  que estarán más interesadas en esto

           que yo. Ahora piérdete. Y, si no lo haces, te patearé en los


           cojones. ¡Y lo digo en serial

                El joven frunció el ceño, luego dijo:

                —¡Hey,  lo  siento...!  —y  se  alejó,  mientras  alguien


           abría cuña para ocupar su lugar. Y Bron pensó, un poco

           histéricamente: Estoy aquí en la posición en que estoy


           para  ser  abordada,  y  no  puedo  aceptar  que  nadie  me

           aborde de ninguna manera: de otro modo, alejaré a la

           persona para la que estoy aquí. ¡Esto es ridículo!, pensó,


           sacudiendo la cabeza por tercera vez a la más joven de

           las dos camareras, que acababa de preguntarle de nuevo

           qué deseaba beber. ¿Qué demonios me reporta eso? En


           otra época, en otro mundo (o, de hecho, en otro bar, con

           las  reglas  cuidadosamente  deletreadas  en  el  boletín

           mensual), ser violada. Y eso no era la respuesta tampoco,


           porque  en  una  ocasión  en  Marte  (había  sido  la  noche

           después  de  su  decimonoveno  aniversario)  había  sido


           violado,  por  una  pandilla  de  cinco  mujeres  con  duros

           párpados metálicos, tan banales como la letra de todas

           las miles de Annie(la huerfanita)‐maciones que habían


           lanzado  la  moda,  aullando  por  los  callejones  apenas

           iluminados por el amanecer del Goebels y furiosas por el


           símbolo  encima  de  su  ojo  derecho;  y  aunque,  durante

           algunos meses, había fantaseado realmente a nivel sexual

           acerca de una de las cinco que no había tomado parte




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