Page 548 - Triton - Samuel R. Delany
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(realmente) y que (durante los primeros minutos) había
intentado detener a las otras, había sabido incluso
entonces que aquello no era más que una estrategia para
salvaguardar algo de una experiencia absolutamente
desagradable que le había dejado con una luxación en la
cadera, un hombro dislocado y un tímpano perforado
que (en otro mundo, en otra época) podría haberle dejado
sordo de un oído para toda su vida. Recordándolo, pasó
un nudillo a lo largo de su ceja de oro..., completamente
sin significado en una mujer, por supuesto; pero aquí
fuera nadie lo sabía. Ni a nadie le importaba.
Simplemente no debería estar allí, pensó Bron. Se dio
cuenta de que lo único que la había retenido allí tanto
tiempo era el miedo a que, de algún modo, fuera del sexo
en sí de lo que tenía miedo. (¡Y, se dio cuenta también,
hacía casi una hora!) Pero era todo lo demás que rodeaba
el sexo lo que la mantenía encerrada, aprisionada, y ‐¿era
algo por lo que debía de sentirse agradecida?‐ de alguna
forma pura.
Bron apartó sus manos de la barra, retrocedió, se
volvió...
Él estaba de pie en el lado «activo» del bar, entre los
hombres y las mujeres de allí, recién acabada una
conversación, con su rostro apenas recuperando, tras su
risa, la acostumbrada dignidad, la acostumbrada fuerza.
(¿Había soñado ella en eso...? ¡Sí!) Sus ojos barrieron la
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