Page 72 - Triton - Samuel R. Delany
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turquesa del campo sensorial, estaba bastante alto. El sol,
bajo y quizás una docena de veces más brillante que Sirio,
parecía tener el tamaño del fondo de un cubilete de vlet.
(En el campo sensorial tenía un resplandor mucho más
rosado que, aunque su centro bermellón era pequeño,
enviaba pulsantes ondas a través de todo el cielo.) La
atmósfera encima de Tetis tenía sólo ocho mil metros de
espesor; un campo altamente ionizado de plasma frío la
cortaba en seco, justo debajo del escudo; con el escudo
extinguido, las estrellas eran tan heladamente brillantes
como vistas desde alguna luna desprovista de aire.
La polvorienta franja de la Vía Láctea cruzaba la
negrura, (En el campo, era una banda de plata salpicada
de verde.)
El cielo parece más pequeño, pensó Bron. Parece
seguro y cercano, como la sección techada del n‐r..., sí,
puntuada por una estrella aquí y un sol allá. Pero,
aunque sabía que esas luces estaban a millones de
kilómetros..., millones de años luz de distancia, no
parecían estar más lejos de un kilómetro. Las brumas
interpenetrantes pastel del escudo, aunque estaban a
menos de un kilómetro de altura, daban una auténtica
sensación de infinitud.
Otra línea de luz cruzó por encima de sus cabezas:
pulsó y difundió color en la oscuridad, como un arco iris
fundido.
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