Page 73 - Triton - Samuel R. Delany
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—Vuelan tan bajo —ése era Sam, hablando desde
cerca del borde del tejado—, que su exhalación de iones
excita una porción del escudo proporcionando descargas
al azar: en realidad no es su rastro lo que están viendo,
sino sólo una imagen más abajo, en...
Alguien gritó.
Y Bron sintió de pronto la cabeza ligera; el siguiente
latido de su corazón reverberó en su cráneo, doloroso
como un martillo. Luego, ante un repentino golpe contra
las plantas de sus pies, su estómago dio un vuelco..., no,
no vomitó. Pero se tambaleó. Y su rodilla golpeó contra
alguien que había caído. En alguna parte, algo se estrelló
contra algo. Luego hubo una creciente luz. Sus oídos
dejaron de palpitar. La oleada de rojo se disolvió de sus
ojos. Y estaba de pie (¿Se había dejado caer sobre una
rodilla? Ni siquiera estaba seguro), jadeando en busca de
aliento.
Alzó la vista. Los pasteles del atardecer del escudo,
rodeados por un brillante Neptuno azul, brillaban de
nuevo. La gente en su tejado (y en los tejados de su
alrededor) había caído. Se estaban ayudando unos a
otros a ponerse de nuevo en pie. Su propia mano,
mientras se volvía, fue sujetada por alguien; lo ayudó a
levantarse.
—¡...dentro de nuevo! ¡Que todo el mundo vuelva
dentro de nuevo! —(Otra vez Sam; pero la seguridad
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