Page 86 - Triton - Samuel R. Delany
P. 86

¿Me perdonas?

                —He  dicho:  inmediatamente  después  de  que  me


           depositaras  consideradamente  en  la  cama...,  supongo

           que  hubieras  podido  dejarme  tirado  en  el  suelo  del

           pasillo. ¿Desvanecido? ¡Ja! Sentía hacia ti más o menos


           como tú sientes hacia ella. Te odiaba, pensaba que tenías

           un corazón de piedra, eras insensible, ingrato y estúpido;


           y  pese  a  todo  la  criatura  más  hermosa,  incitante,

           misteriosa  y  maravillosa  sobre  la  que  jamás  hubiera

           puesto mis ojos.


                —¿Sólo porque deseabas...? —Bron frunció el ceño—.

           ¿Estás sugiriendo que yo deseo..., con ella?

                —Estoy  simplemente  señalando  una  similitud  de


           reacciones. Nunca presumiré de sugerir que ninguna de

           mis  reacciones  pueda  ser  aplicada  como  un  modelo

           válido  para  las  tuyas...,  aunque  estoy  seguro  de  que


           pueden.

                El  fruncido  ceño  de  Bron  se  posó  en  las  micro‐


           montañas,  los  minúsculos  árboles,  la  orilla  donde  las

           diminutas olas lamían la brillante arena bárbara. Al cabo

           de unos segundos dijo:


                —Ella me proporcionó una de las más maravillosas

           experiencias de mi vida. Al principio sólo pensé que se


           había  limitado  a  conducirme  a  ella.  Luego,  de  pronto,

           descubrí que ella había concebido, creado, producido y

           dirigido... Tomó mi mano, ¿sabes? Tomó mi mano y me




                                                              85
   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90   91