Page 91 - Triton - Samuel R. Delany
P. 91

—¡Pero  yo  no  quiero  relaciones!  ¡Yo  no  quiero

           amistades! Quiero sexo..., a veces. Eso es lo que hago en


           la Casa de la Serpiente. ¡Ahora, déjame tranquilo!

                Dos  niños  sexualmente  inidentificables,  con  las

           manos cerradas protectoramente en torno a sus bulbos


           de café de después de la comida, giraron hacia otro lado

           sus pequeños, calvos y morenos rostros para ocultar sus


           sonrisas en sus lujosos cuellos. Sin embargo, Bron seguía

           considerando a Alfred como su amigo, porque Alfred,

           como todos los demás, había venido a él, seguía viniendo


           a él, pidiéndole si podía hacerle esto, o podía prestarle

           eso otro, o podía enviarle este cupón de ese anuncio, o

           esta carta de protesta acerca de lo que ese otro anunciante


           le había enviado, o podía recogerle esto o aquello en su

           camino  a  casa,  o  si  podía  tirarle  este  cacharro,  y,  por

           supuesto,  podía  quedárselo  si  quería.  Con  diversos


           niveles  de  beligerancia,  Bron  cumplía  con  estas

           peticiones (para mantener la paz, se dijo a sí mismo al


           principio),  sólo  para  descubrir  que,  cumpliendo  con

           ellas,  valoraba  la  relación...,  la  amistad,  se  corrigió

           (porque  él  tenía  treinta  y  siete  años,  no  diecisiete).


           Supongo,  pensó  Bron,  de  pie  en  el  pasillo,  que  lo

           comprendo,  lo  cual  tiene  que  ver  con  todo  el  asunto.


           Seguro que lo comprendo mejor de lo que comprendo a

           Lawrence. O a Sam. (¿O a esa mujer...? Su rostro volvió

           de nuevo a él, exhibiendo aquella deliciosa sonrisa.) Se




                                                              90
   86   87   88   89   90   91   92   93   94   95   96