Page 89 - Triton - Samuel R. Delany
P. 89

todo  esto),  la  gente  vieja  se  había  metamorfoseado  de

           criaturas de tres o cuatro veces su edad a criaturas de más


           o menos dos. Lawrence dijo—: Creo que mueves tú. Y no

           te preocupes. Tengo intención de seguir siendo tu amigo.

                —¿Qué crees que debo hacer, Lawrence?


                —Lo  que  sea  que  pienses  que  debes  hacer.  Puedes

           probar a intentar seguir jugando..., ¡hola, Sam! —que se


           había acercado de nuevo a la mesa—. Dime, ¿por qué no

           jugáis juntos contra mí? Bron no deja de pensar en cierta

           mujer  de  teatro  del  n‐r  y  no  puede  reunir  el  valor


           necesario para volver allí y encontrarla, lo cual a mí me

           parece  espléndido.  Pero  todo  esto  ha  enviado  su

           concentración  al  diablo,  lo  cual  ya  no  me  parece  tan


           espléndido. Vamos, Sam. Siéntate y échale una mano.

                A punto de tartamudear una protesta, Bron hizo sitio

           en  el  diván  al  jovial,  brillante,  poderoso...  ¿Debía


           simplemente abandonar e irse] Pero Sam preguntó algo

           acerca de su estrategia y, cuando Bron se la explicó, lanzó


           un silbido de felicitación. Al menos Bron creyó que era

           de felicitación.

                Jugaron. La marea cambió de sentido. La puntuación


           también. Cuando dejaron la partida por aquella la noche

           (los jugadores elementales, había explicado Lawrence, no


           podían esperar terminar una partida en menos de seis

           meses), Bron y Sam se estaban palmeando los hombros y

           riendo  y  felicitándose  y  volviéndose  para  felicitar  a




                                                              88
   84   85   86   87   88   89   90   91   92   93   94