Page 138 - Anatema - Neal Stephenson
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—¿Y  si  tuvieses  que  elegir  entre  eso  y  tener  suficiente


          todobién en la sangre? Se lo pensó mientras esperábamos

          que un enorme drumón articulado se apartase de nuestro

          camino.


            —Después de todo, planteas una pregunta interesante —

          dijo.  Tras  lo  cual  resultó  ser  un  acompañante  muy

          agradable.




            Media hora más tarde declaré que estábamos perdidos.

          Jesry aceptó la noticia con placer, como si le resultase más


          satisfactoria que el hecho de ser encontrados.

            Pasó un vehículo rectangular.


            —Ése  es  el  tercer  carro  cargado  de  niños  que  pasa  a

          nuestro  lado  —dijo  Jesry  señalándolo—.  ¿En  este

          vecindario tienen subvid?


            —En lugares como éste no hay subvides —le recordé—.

          Tienen estabiles.


            —Oh,  sí.  Derivada  de  una…  antigua  palabra  flújica…

          cultural…

            —Centro  de  Estabilización.  Pero  no  lo  digas  porque


          nadie los ha llamado así desde hace tres mil años.

            —Vale. Estabiles.

            Giramos  donde  giraban  los  autobuses.  Durante  el


          siguiente minuto más o menos las cosas se desequilibraron

          entre  nosotros.  En  el  cenobio,  no  importaba  que  él

          procediese de los burgos y yo de los imizares. Pero tan


          pronto como cruzamos la Puerta de Década, ese hecho se



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