Page 140 - Anatema - Neal Stephenson
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ganas de modificar la casa como el vehículo, así que
cuando reconocía una tenía un nuevo tejado
independiente encajado sobre el antiguo, o nuevos
módulos conectados y pegados a los que veía cuando
sonaba con ese lugar. Pero me ayudaba el hecho de que el
vecindario fuese el doble de pequeño de lo que yo
recordaba.
Encontramos mi residencia antes de ser recolectado: dos
módulos de alojamiento unidos en «L», otra «L» de tela
metálica para cerrar el claustro que encerraba un mobe
inservible y dos transbores también inservibles, el más
antiguo de los cuales yo mismo había ayudado a colocar.
La puerta estaba decorada con cuatro carteles de diversa
antigüedad que prometían matar a cualquiera que entrase,
lo que, desde mi punto de vista, era mucho más
intimidatorio que un único cartel. Un arbolito, más o
menos de la longitud de mi antebrazo, brotaba de un
canalón atascado. El viento o un pájaro habían traído
seguramente la semilla. Me pregunté cuánto tiempo le
llevaría crecer hasta reventar el canalón. En el interior de
la vivienda, una imagen en movimiento a todo volumen
pasaba por un motus, así que tuvimos que gritar y
aporrear la puerta antes de que saliese alguien: una mujer
de unos veinte años. Cuando yo tenía ocho ella era una
Chica Mayor. Intenté recordar el nombre de la Chica
Mayor.
—¿Leeya?
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