Page 398 - Anatema - Neal Stephenson
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tablilla habría dado con el culpable simplemente
examinando el codo derecho de todos nosotros.
Cuando dejé que la tablilla siguiese avanzando, vi
desaparecer la forma que era yo al irme. Uno momento
más tarde, una mancha oscura recorrió la tablilla
describiendo un largo arco, cerca del borde: la aeronave
que se había llevado a fra Paphlagon para verse con los
Panjandrumes. Congelando la imagen y ampliándola vi la
aeronave con claridad, sin demasiada distorsión porque
estaba lejos: los rotores y el humo congelado de los
motores, el rostro del piloto, casi enteramente cubierto por
una visera oscura que reflejaba la luz del sol que entraba
en la cabina, con los labios abiertos como si hablase al
micrófono que llevaba sobre la mejilla. Tras avanzar unos
minutos vi la aeronave volando en dirección opuesta, en
esta ocasión con el rostro de fra Paphlagon enmarcado en
la ventanilla lateral, mirando al concento como si no lo
hubiese visto nunca.
Luego, desplazando el dedo por el lateral de la tablilla,
hice que el Sol completase su arco por el disco celeste y se
hundiese en el horizonte. La tablilla se oscureció.
Seguramente había registrado las estrellas, pero mis ojos
todavía no podían verlas demasiado bien porque no se
habían adaptado a la oscuridad. Pasaron algunos cometas
rojos… luces de aeronaves. Luego el disco volvió a ganar
brillo y el Sol explotó en un borde y se lanzó a recorrer el
cielo.
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