Page 459 - Anatema - Neal Stephenson
P. 459
decir. Pero, habiendo crecido con sur Ala y sabiendo cómo
reaccionaba a las cosas, supuse que no podía errar si pedía
permiso:
—Ala, me gustaría darte esto, si no te molesta.
Al menos una de las dos respiró. Ninguna objetó nada.
El lugar era más grande de lo que había imaginado, pero
estaba tan atestado de vigas y ejes que no estaba seguro de
poder ponerme en pie, así que me acerqué de rodillas al
lugar donde estaban sentadas. Algo me rozó… ¿un
murciélago? Pero cuando volví a contar las personas
presentes —cosa que pasó mucho más tarde— sólo
éramos dos. Así que debió de ser Tulia,
teletransportándose a otro lugar como un capitán espacial
en un motus.
—Gracias —dijo Ala cautelosa—. ¿Las has pasado por el
patio Regulante? Supongo que sí.
—Lo he hecho —dije—. ¿Por qué? —Aunque ya sabía por
qué.
—Esa de ahí es el acónito de Sante Chandera, ¿no?
—En esta época del año el acónito de Sante Chandera
produce una flor de aspecto extraño, considerada muy
bonita. —Estaba preparándome para hacer una analogía
con el aspecto de Ala, pero vacilé, preguntándome cómo
expresar eso de que ella tenía rasgos curiosos.
—¡Pero es una de las Once!
—Soy consciente de ello —dije, poniéndome algo tenso,
ya que había interrumpido mi comparación para iniciar
459

