Page 11 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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inflexión particular en su voz y no estuve seguro de que me
hubiera dicho lo que yo deseaba saber, hasta que noté la
expresión de Jerry Farman. Se había quedado atónito
mirando hacia la puerta por la que sapera Adams.
—¡Caramba, doctor! —Su mirada se dirigía ahora a
mí—. Debe usted cotizarse muy alto. Nunca creí que él
soltaría prenda en esa forma.
¡De manera que se me había dicho que sólo nos
quedaban tres días más de viaje! No perdí tiempo en
terminar mi desayuno y me dirigí a mi compartimiento.
Tenía aún una hora disponible antes de atender la
enfermería y deseaba estar a solas para pensar.
Eché llave a la puerta, me quité la chaquetilla del
uniforme y me senté sobre el borde de la cama. Encendí un
cigarrillo y dejé que los pensamientos fueran viniendo a
medida que se me ocurrieran. La mayor parte, los referentes
a la finalización de la expedición, eran buenos. Los demás,
los tocantes al misterio qué tendríamos que afrontar antes
de finalizarla, eran malos. Me sorprendí a mí mismo
tratando de efectuar un balance entre la extraña excitación
producida por la perspectiva de descender en un planeta
desconocido y mi terror ante la necesidad de tener que pasar
por el tormento de la deceleración, antes de que entráramos
en lo que Quinn y los otros llamaban el FI o campo de
influencia del sistema.
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