Page 14 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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movía… Mi cabeza y mi estómago se rebelaron. Mareado y

         tambaleante,  consiguiendo  apenas  vomitar  allí  mismo,

         alcancé a cerrar la llave del visor y volver a la litera…

                Aunque  me  sentía  todavía  tembloroso,  a  los  pocos


         minutos me repuse. Pero el mirar afuera no me había hecho

         ningún bien. Estaba aún aterrado por la idea del “Jag”, en

         cierto modo ilógico más aterrado que antes…

                III




                Las  horas  pasaron,  veintiséis  de  ellas.  Acababa  de

         terminar mi tarea matutina, cuando la señal de “Atención


         todos” se oyó por el intercomunicador, seguida de la voz de

         John Adams.

                —¡Escuchen  ahora!  —rogó,  siguiendo  la  antigua


         fórmula—.  Escuchen  ahora:  Orden  general  a  todos  los

         tripulantes. Dentro de poco, el campo de gravedad artificial

         dejará  de  funcionar.  Aseguren  todos  los  pertrechos,

         aseguren todos los pertrechos. Los jefes de sección informen


         individualmente, una vez cumplida esta orden. Nada más.

                Habíamos, pues, llegado a la hora H. ¡Dentro de poco

         sería el minuto M!

                En un cuarto de hora guardé todo; ordené a un par de


         tripulantes asegurar las abrazaderas en la sala de cirugía y

         regresé a mi camarote, con la esperanza de que mi rostro no

         apareciera tan verdoso como yo lo presumía.





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