Page 15 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 15
La puerta de mi cabina estaba abierta; adentro encontré
al contramaestre, colocando los interruptores que
accionaban las abrazaderas magnéticas. Me agradaba el
contramaestre y a menudo había deseado que, en lugar de
ser un suboficial, hubiera pertenecido a mi jerarquía, o a la
de Adams, Quinn o Farman. Quizás era porque se trataba
de un veterano; su edad debía frisar en los treinta y dos
años. Siempre nos habíamos llevado muy bien,
especialmente después que lo curé de lo que él creía ser
dispepsia crónica.
Me miró y esbozó un saludo.
—He creído necesario ocuparme personalmente de su
camarote, señor —dijo.
—Muchísimas gracias —respondí. Un sudor frío
comenzaba a mojarme la frente y tuve que sacar el pañuelo
y enjugármelo. Traté de disimular, sacando cigarrillos y
ofreciéndole uno—. Fume un cigarrillo… y no emplee un
tono tan oficial —le dije.
Sonrió y tomó el cigarrillo. Luego, prosiguió:
—No se preocupe, doctor. No es agradable, pero pasa
pronto.
Apenado, repuse:
—¿Tengo en realidad tan mal aspecto?
—Los he visto peores —luego se dirigió a la litera y la
colocó en la posición adecuada para el “Jag”; la aseguró y
15

