Page 209 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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intentar. Me hice el propósito de comenzar, ni bien estuviera
a bordo, o por lo menos enseguida de comer…
Miré en mi derredor. Adams llevaba el tractor a
bastante velocidad, aunque ya estaba del todo oscuro ahora.
Pero habíamos pasado el abismo, de manera que no había
nada que temer. Me puse a pensar en Farman y en los
demás. Me pregunté si habrían ocurrido nuevos hechos
misteriosos, hasta que caí en la cuenta de que, de haber sido
así, Jerry se hubiera comunicado con nosotros por medio del
radiotelevisor portátil de Adams.
Las luces de la nave se veían cada vez más claras. Se
agregaba a ellas un resplandor que calculé que provendría
de la iluminación colocada en el lugar de trabajo de Quinn.
Y eso me hizo pensar que debiera en realidad haber sido a
él, a quien Morbius le mostrara la fuente de energía de los
Krell…
Desde la oscuridad, Adams dijo:
—Alonso tiene que ver eso de allá, bajo tierra —y yo me
reí, señalando el hecho de que uno de nosotros debía ser un
telépata.
Las lunas estaban ascendiendo en el firmamento. Su
fulgor verde grisáceo iba modificando las luces de la
espacionave, dándoles un tinte amarillo que no encajaba en
el paisaje altairiano. Curioso. Me hizo sentir, de pronto y por
vez primera, que, después de todo, nosotros éramos unos
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