Page 216 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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para resistir una terrible necesidad de vomitar.
Había sido, literalmente, deshecho en pedazos. Peor
aún, primero había sido pasado a través de la tronera, cuya
abertura era sumamente chica para forzar su cuerpo por
ella, excepto mediante el ejercicio de una fuerza casi
inconcebible. Había pruebas horrendas de ello en el borde
de la abertura, y el resto, mucho peor, estaba desparramado
por la arena. Ninguna extremidad quedaba adherida al
tronco y hasta éste había sido rasgado en dos… Y la
cabeza… bueno, yacía cara abajo, ¡gracias a Dios!
En mi cerebro ge repetían las palabras de Morbius:
“…como muñecos de trapo… desgarrados por una criatura
maligna…”
V
Era pasada la medianoche cuando Adams nos llamó a
Farman y a mí, para conferenciar en el salón comedor. Una
guardia reforzada al máximo rodeaba todavía la nave y la
cerca, por lo que los diseñadores manifestaban, funcionaba
nuevamente.
El reflector proseguía incansablemente, pero no había
descubierto nada ni a nadie. Excepto…
Otra hilera de grandes huellas amorfas. Aparecieron
primero afuera del cercado, exactamente donde Adams y el
contramaestre habían estado parados cuando se produjo el
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