Page 83 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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Debió resultar ridículo, pero no fué así. La única sonrisa

         que causó fué una muy breve, de desconcierto, por parte de

         Morbius.  No  sé  lo  que  pensó  Adams;  su  cara  no  dejó

         traslucir nada. Pero sí sé que sentí una súbita y tremenda


         simpatía  hacia  la  muchacha.  Farman,  por  supuesto,

         capitalizó la respuesta y muy cortésmente.

                —Después  de  eso  —dijo—,  debo  hacer  algo  para

         mostrar nuestro agradecimiento. —Miró atrás, a la mesa del


         almuerzo—.  ¿Puedo  servirle  algo?  ¿Una  copa  de  ese

         maravilloso vino, quizás?

                Sonreía de nuevo ahora y la muchacha le devolvía la


         sonrisa. Su boca era tan bonita como todo el resto de ella.

                —Creo que me agradaría un poco de vino. Tengo sed.

                Debo reconocer que la técnica de Farman era soberbia.


         Sin  ninguna  exhibición  táctica,  la  había  separado

         repentinamente  del  resto  de  nosotros,  llevándosela  al

         extremo más alejado del comedor.

                Vi que Morbius los miraba. Su cara se puso rígida y en


         sus ojos apareció un destello que no me gustó.

                Pero el pensamiento de Adams estaba, aparentemente,

         lejos de mujeres o de Farman.

                —¿Qué le parece si continuamos nuestra conversación,


         doctor? —dijo y se encaminó al otro extremo del salón, hacia

         donde nos habíamos sentado cuando recién llegamos. Pero

         no llegó allí, porque Morbius señaló sillas en un lugar más





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