Page 85 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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borró momentáneamente la sonrisa al mirar a Adams. El y

         yo hicimos el intento de ponernos de pie, pero ella nos hizo

         señas de permanecer en nuestras sillas, con todo el aplomo

         de una gran dama y, siempre con Farman a su lado, pasaba


         ya junto a nosotros cuando Morbius le preguntó:

                —¿Adónde vas, Alta?

                Se detuvo y se volvió, haciendo Farman lo mismo.

                —Afuera, por un rato. El teniente Farman piensa que


         debo sentirme sola aquí y yo le he explicado que tengo mis

         amigos. Desea conocerlos.

                Reinició la marcha y Farman también. Morbius medio


         se levantó de su asiento, pero luego se volvió a hundir en él,

         frunciendo el ceño. Oímos abrirse y cerrarse la gran puerta

         y Morbius no pudo reprimir una involuntaria mirada hacia


         la misma. Era el tipo de mirada que yo podía imaginarme a

         Farman sintiendo, aunque no la pudiera ver. Miré a Adams

         y luego la entrada y aquél me hizo un gesto de asentimiento

         apenas perceptible.


                —¿Amigos? —pregunté, mirando a Morbius, con lo que

         yo esperaba ser la expresión adecuada. De todas maneras,

         sentía  curiosidad—.  ¿Qué  quiso  decir  su  hija,  doctor?  —

         continué, e hice un movimiento como si deseara levantarme


         e ir a ver.

                La  estratagema  resultó  bien.  La  expresión  ceñuda  de

         Morbius se disipó y me dijo:





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