Page 95 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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—Y eso, ¿qué importa? —dijo Adams y a continuación

         se  vió  acosado  por  una  lluvia  de  tecnicismos.  Desde  mis

         tinieblas, miré a Morbius y observé que escuchaba con una

         débil  sonrisa  de  completa,  y  hasta  condescendiente,


         comprensión. Busqué a Farman y comprobé que él y Altaira

         estaban  en  el  otro  extremo  del  salón,  sumidos  en

         conversaciones. O mejor, Farman lo estaba y la muchacha

         era toda oídos, escuchándolo.


                —Bien —dijo Adams—. Muy bien, Alonso. Volveremos

         muy pronto. —Cerró el receptor y lo repuso en cinturón.

         Luego, mirando a Morbius, dijo—. Ya lo oyó, doctor. Va a


         improvisar  un  transmisor,  o  por  lo  menos,  tratará  de

         hacerlo.

                —Sí —concedió Morbius—. Sí… ¿Hizo él algún cálculo


         del tiempo que le llevará?

                Adams sacudió negativamente la cabeza.

                —Nunca  lo  haría.  Pero  mi  opinión  es  que  será  una

         semana…  o  más.  —Su  tono,  como  el  de  Morbius,


         evidenciaba que ya no estaban en actitud beligerante, el uno

         respecto al otro. Yo me pregunté a qué se debía tal cambio.

                Morbius me miró.

                —El Mayor Ostrow parece un tanto perplejo —dijo—.


         Lo mismo podría… Estarnos en un extraño “impasse” aquí,

         Mayor. El Comandante entiende que su deber es… en fin…

         rescatarme. No obstante, yo no deseo ser “rescatado”. En





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