Page 463 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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baño de sol y la frescura del mar se
combinaban para darme una sensación de
salud, fuerza y experiencias inmediatas que
había perdido desde la infancia. Ya no
necesitaba el pensamiento, decidí; sólo había
dos mentes conscientes en toda aquella
panoplia del Paleoceno, y no veía de qué me
serviría la mía a partir de aquel momento,
sino para mantenerme vivo un poco más.
Era el momento de que el Corazón y el
Cuerpo diesen su opinión. Y a medida que
pasaban los días, mayor era mi sensación de
la grandeza del mundo, de la inmensidad del
tiempo, y de mi pequeñez y la de mis
preocupaciones ante los múltiples
panoramas de la historia. Yo ya no era
importante, ni siquiera para mí mismo; y
aquello fue una pequeña liberación del alma.
Después de un tiempo, incluso la muerte de
Moses dejó de clamar en mi mente.
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PRISTICHAMPUS
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