Page 596 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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de Nebogipfel, que el pobre Morlock había
perdido en la tormenta del Paleoceno.
Los ojos se ajustaron a la oscuridad; me puse
en pie y me investigué. Estaba entero y
parecía sano; no pude encontrar en manos y
brazos rastros de la acción difusa de la
criatura piramidal sobre la piel. Sin embargo,
noté una serie de marcas blancas en la tela de
la camisa y pantalones; cuando las repasé
con los dedos, encontré costuras onduladas,
como si hubiesen intentado reparar las ropas
de forma algo burda.
Me encontraba en una cámara de unos doce
pies de ancho y otros tantos de alto; hasta
aquel momento era la habitación más extraña
que había visitado en todos mis viajes por el
tiempo. Para imaginarla, deben comenzar
con una habitación de hotel de finales del
siglo diecinueve. Pero la habitación no tenía
la estructura rectangular común en mi época;
al contrario, era un cono redondo, algo
similar a una tienda. No había puerta, ni
mobiliario de ningún tipo. El suelo estaba
recubierto de una capa uniforme de arena, en
la que podía ver las marcas del lugar donde
había dormido.
En las paredes había un papel chillón —un
invento púrpura y abarrotado— y lo que
parecían marcos de ventana flanqueados por
cortinas gruesas. Pero los marcos no tenían
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