Page 148 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
P. 148
del verano colgaban cálidos bajo el Puente de los Dioses.
Habló, con aquella inesperada voz de barítono suya, para
responder a una pregunta que le había formulado un via‐
jero.
El hombre le hizo una segunda pregunta, y luego una ter‐
cera.
Siguió hablando, y algunos de los otros monjes y varios
peregrinos se congregaron en torno a él. Las respuestas si‐
guieron a las preguntas, que ahora llegaban de todos lados,
y se hicieron más y más largas, porque se convirtieron en
parábolas, ejemplos, alegorías.
Luego todos se sentaron a sus pies, y sus oscuros ojos se
convirtieron en extraños pozos, y su voz brotó como del
Cielo, clara y suave, melódica y persuasiva.
Escucharon, y luego los viajeros prosiguieron su camino.
Pero se encontraron y hablaron con otros viajeros por las
sendas, de modo que, antes de que hubiera transcurrido el
verano, los peregrinos que acudían al bosquecillo púrpura
pedían conocer a aquel discípulo del Buda, y oír también
sus palabras.
Tathagatha compartió sus prédicas con él. Juntos, ense‐
ñaron el Camino del Sendero Óctuple, la gloria del Nir‐
vana, la ilusión del mundo y las cadenas que el mundo
arrojaba sobre el hombre.
Y luego hubo ocasiones en las que incluso Tathagatha, el
de la voz suave, escuchó las palabras de su discípulo, que
había digerido todas las cosas que él había predicado, ha‐
bía meditado larga y enteramente sobre ellas y ahora, como
148

