Page 144 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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–Siempre he sido un hombre religioso –afirmó–, o de otro


          modo no hubiera sido seleccionado para el puesto que an‐

          tes ocupé. Después de que me resultara imposible cumplir

          con mi misión, sentí un gran vacío. Le había fallado a mi


          diosa, y la vida carecía de significado para mí.

             El otro escuchó en silencio.


             –Pero he oído tus palabras –dijo–, y me han llenado con

          una especie de alegría. Me han mostrado otro camino a la

          salvación, un camino que considero superior al que antes


          había seguido.

             El Buda estudió su rostro mientras hablaba.

             –Tu camino de renunciación es estricto, lo cual considero


          que es bueno. Encaja con mis necesidades. En consecuen‐

          cia, pido permiso para integrarme en tu comunidad de bus‐


          cadores, y para seguir tu sendero.

             –¿Estás seguro –preguntó el Iluminado– que no buscas

          simplemente castigarte a ti mismo por lo que pesa sobre tu


          conciencia como un fracaso o un pecado?

             –De eso estoy seguro –dijo Rild–. He mantenido tus pala‐

          bras dentro de mí, y he sentido la verdad que contienen. Al


          servicio de la diosa he matado a más hombres que frondas

          púrpura cuelgan de esta rama. Y no cuento ni a las mujeres

          ni a los niños. De modo que no me dejo impresionar fácil‐


          mente por las palabras, tras haber oído tantas, expresadas

          en todos los tonos posibles, palabras que suplicaban, argu‐


          mentaban, maldecían. Pero tus palabras me conmueven, y

          son superiores a las enseñanzas de los brahmanes. Me con‐

          vertiría fácilmente en tu ejecutor, eliminando para ti a tus




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