Page 205 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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–¿Cuál es tu poder, Siddhartha? ¿Cómo haces lo que ha‐
ces? –le preguntó.
–Llámalo electrodirección –dijo el otro–, mente sobre
energía. Es un término tan bueno como cualquier otro. Pero
lo llames como lo llames, no busques desafiarlo. Puedo ma‐
tarte con él. aunque ninguna arma hecha de materia pueda
alcanzarte. ¡Ve ahora mismo!
Taraka se esfumó como un tizón arrojado a un río, y Sidd‐
hartha permaneció inmóvil entre las piedras, con su antor‐
cha iluminando la oscuridad a su alrededor.
Descansó, y un murmullo de voces llenó su mente.., pro‐
metiendo, tentando, suplicando. Visiones de riqueza y es‐
plendor fluyeron ante sus ojos. Maravillosos harenes fue‐
ron exhibidos ante él, y fastuosos banquetes extendidos a
sus pies. Esencias de almizcle y champac, y el azulado
humo del incienso, derivaron ante su rostro, relajando su
alma. Caminó entre flores, seguido por sonrientes mucha‐
chas de ojos brillantes que llevaban copas de vino; una voz
plateada le cantó, y criaturas no humanas danzaron sobre
la superficie de un cercano lago.
–Libéranos, libéranos –cantaron.
Pero sonrió y observó, y no hizo nada.
Gradualmente, las plegarias y las súplicas y las promesas
se convirtieron en un coro de maldiciones y amenazas. Es‐
queletos armados avanzaron sobre él, con bebés empala‐
dos en sus relumbrantes espadas. Había pozos a todo su
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