Page 208 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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Siddhartha concentró su atención hacia el punto de luz


          más intenso, Taraka.

             –¿Tenía por fin este ataque probar mi fuerza? –inquirió–.

          ¿Ver si aún puedo matar, de la manera que te dije que po‐


          día?

             Taraka se acercó, flotó sobre él.


             –No fue idea mía que atacara –afirmó–. Supongo que es‐

          taba medio loco por su confinamiento.

             Siddhartha se encogió de hombros.


             –Por el momento, divertíos como queráis –dijo–. Voy a

          descansar un poco de esta tarea. –Y se retiró a la caverna

          más pequeña.


             Regresó  al  fondo  del  pozo,  donde  se  tendió  sobre  su

          manta y se durmió.


             Tuvo un sueño.

             Corría.

             Su sombra se extendía ante él y, a medida que corría, cre‐


          cía de tamaño.

             Creció hasta que ya no fue su sombra, sino una enorme

          silueta grotesca.


             De pronto se dio cuenta de que su sombra había sido al‐

          canzada por la de su perseguidor: alcanzada, rebasada, su‐

          mergida y sobrepuesta.


             Entonces conoció un momento de terrible pánico, allá so‐

          bre la ciega llanura por la que huía.


             Supo que ésa era ahora su propia sombra.

             El destino que lo había estado persiguiendo ya no estaba

          a sus espaldas.




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