Page 219 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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un pájaro le gritó, o un enjambre de insectos cayó sobre
ellos, se alimentó y luego se marchó.
Después, como una lluvia de estrellas, llegaron, cabal‐
gando los vientos nocturnos.., los Liberados del Pozo del
Infierno, los otros demonios que habían sido soltados al
mundo.
Llegaron en respuesta a la llamada de Taraka, añadiendo
sus poderes al suyo.
Se transformó en un torbellino, una marejada, una tor‐
menta de rayos.
Siddhartha se sintió barrido por una titánica avalancha,
aplastado, sofocado, enterrado.
Lo último que recordó fue la risa en su propia garganta.
No supo el tiempo que transcurrió antes de recuperarse.
Esta vez fue algo lento, y ocurrió en un palacio donde los
demonios eran sirvientes.
Cuando las últimas ataduras anestésicas de la fatiga men‐
tal desaparecieron, advirtió algo extraño a su alrededor.
Las grotescas ensoñaciones prosiguieron. Se estaban ce‐
lebrando fiestas en los calabozos, donde los demonios ani‐
maban cadáveres para perseguir a sus víctimas y abrazar‐
las. Se producían oscuros milagros, como el bosquecillo de
retorcidos árboles que brotó de las losas de mármol del
propio salón del trono.., un bosquecillo donde tos hombres
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