Page 222 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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buscas ahora huir. Pero eso no te servirá de nada. Te se‐


          guirá por todo el mundo. Se elevará contigo hasta el reino

          de los vientos fríos y puros. Te perseguirá allá donde va‐

          yas. Ésta es la maldición del Buda.


             Taraka se cubrió el rostro con las manos.

             –Así que esto es llorar –dijo al cabo de un tiempo.


             Siddhartha no respondió.

             –Te maldigo, Siddhartha –dijo–. Me has atado de nuevo,

          en una prisión mucho más terrible aún que el Pozo del In‐


          fierno.

             –Te has atado tú mismo. Eres tú quien rompió el pacto.

          Yo lo mantuve.


             –Los hombres sufren cuando rompen sus pactos con los

          demonios  –dijo  Taraka–,  pero  ningún  rakasha  había  su‐


          frido nunca antes.

             Siddhartha no respondió.






             A la mañana siguiente, mientras estaba sentado desayu‐

          nando, golpearon violentamente la puerta de sus habita‐


          ciones.

             –¿Quién se atreve? –exclamó, y la puerta reventó hacia

          dentro, los goznes arrancados del marco, el cierre saltando


          como un palo seco.

             Con la cabeza de un tigre cornudo sobre los hombros de


          un simio, grandes cascos como pies, ganas en vez de ma‐

          nos,  el  rakasha  irrumpió  bruscamente  en  la  habitación,

          echando humo por la boca mientras se hacía transparente




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