Page 224 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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Y desapareció, y un globo de fuego colgó allá donde ha‐


          bía estado la criatura. Ahora sus palabras llegaron directa‐

          mente a su mente, en vez de ser pronunciadas a través del

          aire.


             –Exige que vayas a verle sin demora. De otro modo, dice

          que destruirá el palacio.


             –Los tres a los que quemó, ¿también tomaron de nuevo

          su forma natural?

             –No –respondió el rakasha–. Ya no están..


             –¡Describe  a  ese  extranjero!  –ordenó  Siddhartha,  for‐

          zando las palabras a través de sus labios.

             –Es muy alto –dijo el demonio–, y lleva pantalones negros


          y botas. Sobre la cintura lleva un extraño atuendo. Es como

          un guante blanco sin costuras, sobre su mano derecha so‐


          lamente, que se extiende a lo largo de todo su brazo y cru‐

          zando sus hombros, envolviendo su cuello y alzándose liso

          y prieto en torno a su cabeza. Solamente es visible la parte


          inferior de su rostro, porque lleva sobre los ojos unas gran‐

          des lentes negras que sobresalen medio palmo de su cara.

          Al cinto lleva una corta funda del mismo material blanco...,


          que  no  contiene  una  daga,  sin  embargo,  sino  como  una

          vara. Bajo el material de su atuendo, allá donde cruza sus

          hombros y asciende por su cuello, hay una protuberancia,


          como si llevara allí un pequeño bulto.

             –¡El Señor Agni! –dijo Siddhartha–. ¡Has descrito al dios


          del Fuego!

             –Sí, tiene que serlo –dijo el rakasha–. Porque cuando miré

          más allá de su carne, para ver los colores de su auténtico




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