Page 235 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
P. 235

–¿No te prometí, Atador –dijo Taraka–, que te ayudaría a


        luchar contra los dioses?

           –Sí, pero de lo que yo hablaba era de un ataque por sor‐

        presa. Ésos, ahora, se han investido con sus Aspectos y han


        asumido sus Atributos. De haberlo querido, sin ni siquiera

        aterrizar con el carro del trueno Channa ya no existiría sino


        que en el lugar de esta montaña habría un profundo cráter,

        aquí en mitad de los Ratnagaris. Debemos huir, y luchar

        contra ellos otro día.


           –¿Recuerdas la maldición del Buda? –preguntó Taraka–.

        ¿Recuerdas  cómo  me  hablaste  de  la  culpabilidad,  Sidd‐

        hartha? Yo lo recuerdo, y siento que te debo esta victoria.


        Te debo algo por el dolor que te he causado, y en pago de

        ello pondré a esos dioses en tus manos.


           –¡No! ¡Si realmente quieres servirme, hazlo en otro mo‐

        mento! ¡Sírveme ahora llevándome fuera de este lugar, le‐

        jos y rápido!


           –¿Tienes miedo de este encuentro, Señor Siddhartha?

           –¡Sí,  lo  tengo!  ¡Porque  es  una  temeridad!  ¿Qué  hay  de

        vuestra  canción  «Esperaremos,  esperaremos,  para  surgir


        de nuevo»? ¿Dónde está la paciencia de los rakasha? Decís

        que aguardaréis a que los mares se sequen y las montañas

        caigan, a que las lunas desaparezcan del cielo... ¡pero no


        podéis aguardar a que yo decida el momento y el campo

        de batalla! Conozco a esos dioses mucho mejor de lo que


        los conocéis vosotros, porque hubo un tiempo en que fui

        uno de ellos. No os precipitéis de esta forma ahora. ¡Si que‐

        réis servirme, ahorradme este encuentro!




                                                                                                             235
   230   231   232   233   234   235   236   237   238   239   240