Page 240 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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–No, los rakasha son más fuertes de lo que yo había su‐


          puesto.

             –Ganemos  o  perdamos,  Siddhartha,  los  dioses  están

          ahora ocupados. Si podemos eludirlos, su nave debe estar


          sin vigilancia. ¿La quieres?

             –¿Robar el carro del trueno? Eso es una buena idea... Es


          un  arma  poderosa,  además  de  un  medio  de  transporte.

          ¿Cuáles son nuestras posibilidades?

             –Estoy seguro de que los rakasha pueden contenerlos du‐


          rante tanto tiempo como sea necesario.., y la ascensión del

          Pozo del Infierno es larga. Nosotros no necesitamos usar el

          sendero. Estoy cansado, pero aún puedo ir por los aires.


             –Entonces subamos algunos niveles e investiguemos.

             Abandonaron su lugar al borde del negro estanque, y el


          tiempo latió de nuevo a su alrededor mientras ascendían.

             A medio camino, un globo de luz avanzó a su encuentro.

          Se posó en el suelo de la caverna y creció hasta convertirse


          en un árbol de fuego verde.

             –¿Cómo va la batalla? –preguntó Taraka.

             –Los contenemos –informó–, pero no podemos acercar‐


          nos a ellos.

             –¿Por qué no?

             –Hay algo en ellos que nos repele. No sé cómo definirlo,


          pero no podemos acercamos demasiado.

             –Entonces, ¿cómo lucháis?


             –Una incesante tormenta de rocas llueve a su alrededor.

          Arrojamos fuego y agua y también grandes vientos torbe‐

          llineantes.




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